La cena se alargó bastante, sentandonos todos después enfrente de la chimenea que estaba encendida pues hacía algo de frío. Lucas empezó a dar signos de tener sueño cogiendolo su padre para llevarlo al dormitorio, pero el peque empezó a llorar y patalear en los brazos de su padre, siendo yo la que finalmente se levantó del sillón, lo cogió en brazos llevándolo así a su dormitorio. Al llegar, lo deje de pie encima de su cama para cambiarle la ropa y poder ponerle el pijama. Mario entró segundos después mirando como yo le daba cariños a su hijo mientras le iba cambiando, poniendo Mario su brazo entre mis hombros. Gire mi cabeza acercando mis labios a los suyos dándole un pequeño y sensual beso, mirandome él algo sorprendido.
—- ¿Dejamos algo para cuando por fin estemos solos? — preguntó Mario, notando el calor en mis mejillas por la vergüenza.
Nada más acostar al peque, me pidió ver la tele ya que los cuentos que habían según me dijo se los sabía todos. No me importó poner la tele ya qu