82. SIN ELLA
CLARK
Los días pasan... y con cada uno que amanece sin noticias, sin una pista concreta, sin un solo susurro del paradero de ese bastardo, siento cómo algo en mí se pudre lentamente.
Duncan.
Ese es el nombre que dijo. Pero no hay registros, no hay archivos, no hay historia. Ni en las bases de datos de los clanes lycan, ni en los registros de magos. Nada. Como si hubiera salido de la nada... o como si se hubiera borrado a propósito.
Y eso me enferma.
Me he pasado horas frente a las pantallas, revisando documentos antiguos, transcripciones de juicios, experimentos, movimientos sospechosos de manadas caídas. Todo lo que pudiera darme una pista. Incluso he hablado con los exiliados, los pocos que se atreven a hablar... pero ninguno sabe quién es realmente.
No tener un nombre verdadero me impide seguir su huella electrónica, bloquear sus rutas de salida, rastrear sus pasos. Es como pelear con un fantasma que sí puede matar, pero no deja sombra.
Y, sin embargo, sé que está acorralado.
Ha pe