21. Y LO ENTENDÍ DEMASIADO TARDE / TRAICIÓN
—¡Fuera! —ordeno a la hermosa mujer que hace poco gemía en mi oído como si el mundo acabara entre mis brazos, y sin embargo, no logró generar una sensación real o duradera en mí. Su función en mi cama ya fue cumplida y pese a ello, no logró apagar el incendio que arde en mi pecho.
—¿Cómo...? No seas así. Podemos quedarnos un rato, descansar... y quizá repetir...
El tono suplicante me irrita. Le respondo con una mirada fría, suficiente para que calle al instante y no se atreva a malinterpretar nada. La queria lejos de mi cama, ya. Se levantó con gesto dolido envuelta en la sábana, tomó su ropa del piso y se metió al baño.
Una mujer cualquiera en mi cama ya no basta. Ni el sexo ni la piel pueden silenciar lo que grita mi cabeza desde hace días.
Ese lugar tenía dueña. Y lo entendí demasiado tarde.
Lyra. La dulce, inocente, maldita Lyra. Ahora duerme con mi tío. Lleva días haciéndolo. Zayden, el gran Alfa, el héroe del momento. El que se robó lo que era mío.
Yo fui el primero en verla