-Buenas tardes, padre - el calor de la comida le golpeó el rostro al sentarse.
-Buenas tardes, hijo.
El ambiente de ese día fue diferente. Tranquilo y acogedor. Más que nunca, Teo fue capaz de sentir la protección que desprendían hacia él; pero ya había tomado una decisión y esa tarde tuvo el valor. Justo cuando estaban recogiendo la losa, tomó aire y habló.
-Padre, necesito hablar contigo - todos se detuvieron, parados frente a él - es algo importante, así que me gustaría que fuera en la oficina.
-¿pasó algo, Teo? - la voz suave de su madre rompió el silencio por la preocupación.
-No es nada grave. S&