La vida de Brooke Gibson dio un giro inesperado la noche que fue víctima de Gary Astor, enemigo comercial de su jefe y, ahora, examante. Esa noche, Gary buscaba hacerse con los planos del nuevo proyecto de su rival, pero se llevó mucho más que eso, y terminó involucrándose con Brooke de manera personal. Sin embargo, este vínculo se transformó en una montaña rusa de sufrimientos y desafíos, poniendo a prueba la resistencia y el amor de Brooke. Desilusionado por el tóxico romance con Gary, Brooke encuentra apoyo en Richard Barton, un oficial de policía encargado de su protección tras un violento ataque. Mientras Richard se propuso sanar las heridas físicas de Brooke, también buscó curar las cicatrices emocionales que llevaba en el corazón.
Leer másZabdiel Alim Mubarack Maramara, es el jeque de un pequeño país llamado; Norusakistan, donde las tradiciones y las costumbres están arraigadas en los corazones de su gente, un país tan pequeño donde no existen secretos y la más mínima situación es expuesta ante todos, es el mayor de dos hermanos y quién debió subir al gobierno de su país tras la prematura muerte de su padre.
No ha sido nada fácil dirigir un reino con una situación política y social inestable, y con una población que desconfía de su capacidad para gobernar. Por si todo aquello fuese poco, hacerse cargo de su hermano menor; El Príncipe Zahir, quien goza feliz de los privilegios que le da ser el príncipe de Norusakistan, pero que desea evitar a toda costa las responsabilidades.
La situación política en su país, está generando grandes tensiones dentro de su pueblo y para afianzar su gobierno, necesita con urgencia elegir esposa. Las leyes de su nación le permiten escoger esposa oriental u occidental, la verdad es que Zabdiel Mubarack Maramara, no desea casarse, pero la necesidad de hacerlo lo arrojará a tomar impredecibles decisiones.
Isabella Stone, es una hermosa joven fotógrafa, empeñada en retratar los lugares más exóticos del mundo, lleva una vida bastante agitada de viaje en viaje, trabajando como fotógrafa independiente y vendiendo su trabajo a los mejores periódicos y revistas.
Después de haber viajado por muchas partes del mundo, desea un nuevo reto; las ardientes tierras de Norusakistan, está ansiosa por sentir el calor del oriente sobre su piel. Sus amigos piensan que se ha vuelto loca al querer visitar este país, que tiene costumbre extrañas, además se está ajustando a los cambios que conllevan el establecimiento de un nuevo gobierno, pero es lo que ella ve más atrayente y no desistirá de su idea por nada del mundo, aunque deba asumir muchos retos y grandes consecuencias.
Isabella Stone, no pensó que Norusakistan le tenía preparada más aventuras de las que esperaba.
¿Podrá manejar los retos que le aguardan es este país?
¿Qué sucederá cuando sienta el calor del oriente EN LOS BRAZOS DEL JEQUE?
Richard se recargó al marco de la puerta, se cruzó de brazos y miró a su esposo.—Voy a desgastarme si me miras así todos los días —murmuró él, viéndolo a través del espejo. Acomodando su cabello rubio.—¿Y cómo es qué te veo? —preguntó él, moviéndose, acercándose a Brooke y tomándolo por la cintura.—Como si quisieras devorarme —respondió, echando la cabeza a un lado para darle acceso a la piel de su cuello.Richard mordió ligeramente sobre su yugular, haciendo que el cuerpo del rubio se estremeciera y empujara las nalgas hacia su pelvis.—Lo he hecho esta mañana, sin embargo, nunca tengo suficiente —gruñó, mordiendo ligeramente la piel del hombre.Brooke dejó escapar una risita ahogada. Estaba seguro de que, si le diera un solo minuto de duda, Richard le haría el amor allí mismo, pero… no podían llegar tarde. Sebastián y Oliver Cooper les habían extendido una cordial invitación para el cumpleaños de la pequeña Sasha, la hija de la pareja, quien cumplía sus primeros cuatro años de vi
Meses después.Richard y Brooke llegaron con dos horas de demora, ninguno de sus amigos dijo nada. Tampoco mencionaron lo bien que Brooke se veía, sus ojos tenían un brillo muy especial y solo quienes estaban enamorados con la misma intensidad que ellos podían adivinar los motivos. —Creí que no llegaban —se quejó Enrique, el muchacho que ni siquiera debería estar allí y que consiguió escabullirse gracias a la ayuda de Benjamín. Había cumplido la mayoría de edad el día anterior y aún no tenía el carnet para presentarse como un adulto.—Lo importante es que llegamos —repuso Brooke, sentándose junto a su hermano menor.—Eso no te lo discuto, además, Richard llamó para avisarnos que se demoraban un poco. ¿Cómo fue que rompiste la tubería del cuarto de baño? —cuestionó Enrique, tratando de imaginarse algunos escenarios, pero ninguno cerca de la realidad.—¿La tubería? —susurró, mirando a Richard con ojos achicados. De todas las cosas que Richard pudo inventar para justificar su retraso, ¿
Con semblante serio, Brooke miró a Gary; no había sabido nada de él desde que lo dejó herido en su apartamento. Sabía que estuvo hospitalizado, pero fue algo que Richard le platicó y no indagó más sobre el tema. Sinceramente, él esperaba no volver a encontrarse con Gary, verlo solo le hacía pensar en todo lo que vivió en el pasado.El hombre se alzó como su principal verdugo, de una u otra manera fue el responsable de todas sus desgracias, aunque, no quitaba su culpa. Brooke era consciente de que su error había sido buscarlo, pero estaba desesperado, sin dinero, sin trabajo y con una cuota mensual sobre los hombros.Brooke respiró profundo y se obligó a tranquilizarse.—¿Qué haces aquí? —preguntó sin moverse de la puerta. Estaba solo en casa y dejarlo entrar era una locura que no pensaba cometer.—Necesitaba verte, Brooke.—Creo que hemos dejado las cosas muy claras desde hace mucho tiempo, Gary —espetó.—¿Puedo entrar?—No. Lo que tengas que decirme lo harás aquí o será mejor que te
Luego de hablar con el médico a cargo de la salud de su madre, Brooke se pasó las siguientes semanas con Molly, quien disfrutó de tener esos momentos especiales con su hijo. No preguntó los motivos, ella conocía mejor su cuerpo que nadie y sabía que el final estaba llegando. Cada día se sentía más cansada que le era imposible permanecer sentada en la cama. Aun así, no se quejó y disfrutó de aquellos momentos que sabían que eran los últimos.—Entonces, ¿Nick sigue molesto? —preguntó Molly esa mañana, se veía más cansada que de costumbre, pero hoy era un día especial. El más especial de todos.—No, ya no —respondió Brooke, arreglándole el turbante que le cubría la cabeza a Molly—. Hablé con él ayer y me prometió que hoy vendría a verte —agregó, tomando la paleta de sombras de un pequeño estuche.El día anterior, Brooke arrastró a Richard por el centro comercial, preguntando por maquillaje y aunque más de una persona lo miró raro, le importó poco. Hoy era el cumpleaños de su madre y quer
Brooke se limpió el sudor de las manos. Estaba nervioso, pero no había querido esperar más tiempo para reunirse con sus hermanos y apenas Nick fue dado de alta, le pidió a Richard que lo acompañara a visitarlo a su casa.Él nunca había estado en casa de Benjamín y Nick, era muy lujosa y también muy cálida, se respiraba amor.—¿Estás seguro de que quieres hacerlo ahora? —preguntó Richard mientras esperaban sentados en la sala a que Benjamín volviera.—Sí, no hay motivos para continuar retrasando las cosas, aunque aún no puedo creer que tenga hermanos, me siento muy feliz —susurró empleando un tono muy bajo para que Nick no los escuchara.—Enrique viene para acá, dijo que no empezaras sin él —comentó Richard, tomando su mano y acariciándole el dorso.Brooke asintió, Enrique se había enterado antes de que eran hermanos, de hecho, ya se lo había mencionado y también le dijo lo feliz que sería si llegaban a confirmar su parentesco, por ese lado no tenía de qué preocuparse. El menor lo acep
Brooke apartó de su mente todo miedo y todo lo feo que había vivido en las últimas horas. Se concentró totalmente en el beso de Richard, a quien pensó que no volvería a ver. Él no supo cómo terminaron en la habitación, si fue quien arrastró a Richard o fue él quien lo llevó hasta la cama.Nada de eso importaba más que la apremiante necesidad de fundirse con él y convertirse en un solo ser. Brooke se aferró a la boca de Richard con hambre y ferocidad.El calor de la pasión corrió como lava volcánica por sus venas y el placer que estalló en su cuerpo le hizo estremecer.Brooke dejó de pensar cuando la mano de Richard se coló entre sus cuerpos y le acarició el pene por encima del pantalón. La molesta tela se convirtió en un estorbo para su necesidad.—Te necesito dentro de mí, Richard —pidió Brooke con la voz cargada de excitación, haciendo que Richard experimentara un ramalazo de placer que viajó directamente a su polla. El duro falo se sacudió y apretó contra la pretina, pidiendo liber
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