Capítulo 75 — Entre orquídeas y frutas exóticas
La temporada estaba llegando a su fin, y aunque la ciudad todavía vibraba con carruajes en movimiento y soirées de última hora, el ambiente comenzaba a sentirse más liviano, como si la sociedad entera se tomara un respiro antes de dispersarse hacia sus residencias de campo. Hacía más de una semana que Virginia y el Conde habían recibido la invitación para asistir a la exhibición de plantas exóticas en el invernadero del Palacio Real, un evento exclusivo que se celebraba sólo una vez al año. Virginia llevaba días esperando ese momento con la impaciencia de una niña, y el Conde, enternecido por su entusiasmo, había decidido acompañarla personalmente.
No quería que se expusiera innecesariamente. Aunque los rumores sobre ella habían disminuido, seguía siendo vulnerable a la malicia de algunas damas que se alimentaban del chisme. Su presencia bastaba para silenciar cualquier lengua viperina.
— Te veo muy alegre el día de hoy —comentó el Conde