Capítulo 4 — Un encuentro inesperadoEl sol de Londres parecía haber abrazado la ciudad ese día, filtrándose a través de las nubes bajas que aún cargaban con la humedad de la mañana. Era su segundo día en la ciudad, y Virginia despertó con la energía renovada de una viajera que comenzaba a conocer los pequeños secretos del lugar. Después de un desayuno ligero en el hotel, decidió comenzar su día como turista, sin planes estrictos, solo dejándose llevar por la magia de la ciudad.En la esquina de la calle, un colorido autobús turístico la estaba esperando, con su techo descubierto, listo para llevarla a recorrer los principales puntos de la ciudad. Subió, encontró un asiento al frente y, mientras el autobús comenzaba a moverse, Virginia se asomó al borde del asiento, cámara en mano, lista para capturar cada momento.El recorrido fue como un desfile de monumentos y edificios emblemáticos: el Palacio de Buckingham, el London Eye, el Big Ben, la Torre de Londres… Cada parada era una nueva
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