Capítulo 74 — Verdades amargas antes de la boda
La señorita Virginia Herbert llegó a la residencia Peyton acompañada por Amanda, aunque dejó a su doncella en la antesala. No era una visita común; de hecho, era la primera vez en mucho tiempo que Virginia cruzaba ese umbral por voluntad propia. Pero una promesa era una promesa, y se había comprometido con Charlotte a hablar con Olivia antes de que fuera demasiado tarde.
La criada la condujo hacia el salón pequeño, donde las hermanas Peyton estaban tomando el té. Al abrirse la puerta, la atmósfera se volvió tensa. Olivia, que lucía un vestido azul pálido y un peinado demasiado elaborado para una visita matutina, se quedó quieta al verla entrar. Charlotte, en cambio, sonrió genuinamente.
— Virginia, qué sorpresa verte aquí —dijo Charlotte, levantándose para abrazarla.
— Buenos días, Charlotte. Señorita Olivia —saludó Virginia, inclinando levemente la cabeza.
Olivia dejó su taza sobre el platillo con un leve chasquido que nadie pudo fingir