Capítulo 47 – La promesa de un futuro y la bendición de madre.
El amanecer entraba tímido por las cortinas entreabiertas. Clara se despertó lentamente, sintiendo el calor del cuerpo de Mateo aún junto al suyo. Su respiración pausada, el brazo rodeando su cintura, la manera en que la mantenía protegida incluso en sueños… todo aquello la hizo sonreír.
Mateo se movió un poco, abrió los ojos y la encontró mirándolo. Le acarició la mejilla con suavidad, como si temiera romper ese instante perfecto.
—Buenos días, amor —murmuró con voz grave, aún cargada de sueño.
Clara se acurrucó más contra él.
—Buenos días…
Hubo un silencio lleno de calma. Entonces, Mateo la abrazó fuerte, besando su frente con dulzura.
—Clara, cierra los ojos un momento. Tengo algo para ti.
Ella lo miró confundida, pero obedeció. El corazón comenzó a latirle más rápido, como si intuyera que algo importante estaba a punto de suceder.
Mateo tomó aire, buscó en el bolsillo interior de su saco —aún colgado en la silla junto a la cama— y sacó una pequeña cajita azul. La sostuvo c