Capítulo 163- Nunca quise volver aquí.
La nieve caía con calma, como si el cielo quisiera recibirlos con un manto blanco y silencioso. Apenas descendieron del jet, el frío los envolvió como un golpe seco en la piel. Clara aspiró el aire helado y sintió que sus pulmones se estremecían, pero no se quejó. Apretó el abrigo contra su pecho y tomó la mano de Mateo, que permanecía rígido, con la mirada clavada en la pista iluminada. No había dicho una palabra desde que tocaron suelo ucraniano. El viento helado le revolvía el cabello, y en su rostro se mezclaban cansancio, rabia contenida y un dolor antiguo que se había reactivado apenas vio aquellas luces.
Mykola caminaba al frente, con paso seguro, como un hombre que volvía a su propio terreno. A su lado, los hombres que lo acompañaban mantenían la misma disciplina militar de siempre. No había un solo gesto de debilidad en ellos: se movían como una muralla humana alrededor de Clara y Mateo. El traductor, cargando una carpeta con documentos, intentaba mantener el ritmo mientras