83. Nadie capaz de separarnos
El aire en la sala se volvió tan denso que parecía detenerse. Ver a Brian inclinarse para recibir ese abrazo, ver a Edward aferrarse con tanta fuerza a su padre como si lo hubiera estado esperando toda su vida, me estrujó el pecho de una manera que ni siquiera supe describir.
Era un piedra que a pesar que intenté tragar ni pude hacerlo. Sentía a mi corazón romperse y se armaba al mismo tiempo. El amor entre ellos era un cariño, que por mis miedos le arrebate. Sin poder evitarlo mis lágrimas comenzaron a caer lentamente. Los brazos de Brian lo rodeaban con una fuerza donde solo estaba nuestro hijo. Era entendible pues de un hombre que me perdió no solo entendía que me había encontrando, sino que tenía un lazo que jamás podría romperse conmigo, un hijo juntos. Cada parte de mi piel gritaba que mi hijo lo necesitaba, a su padre y aunque no quisiera admitirlo yo tenía que dárselo.
Todo era perfecto… hasta que no lo fue..:
Un miedo comenzó a recorrerme como una sombra inevitable. Había t