67. ¿Te ves como mamá?
Tras esa conversación decidimos irnos a comer algo. Brian pidió una pizza de piña, champiñones, uva, café y salsa tártara. En la pizzería lo miraba como si se le hubiera salido un tornillo, a lo que solo encogí mis hombros ligeramente. Terminamos comiendo —Brian casi toda una pizza grande para él solo— mientras yo comía unos tres pedazos. No eran muchos, pero para mí, que usualmente comía un solo pedazo, era un mundo.
—Brian, ¿me pusiste en tu seguro de vida? —decía con sarcasmo—. Así, si te mueres de intoxicación, al menos podré quedar rica.
Su sonrisa fue radiante, de esas que enamorarían a quien fuera.
—No moriré, Laurent. Además, si caigo en el hospital, sé que tú vendrías con un lindo traje de enfermera para cuidarme.
Su comentario me provocó una sonrisa ligera.
—Si voy como enfermera, te mataría —simulé que la sal en la mesa era un cuchillo.
—Entonces… me alegraría morir en tus manos.
Nuestros ojos se mantuvieron y, de reojo, miré al suelo. Me sonrojaba ligeramente, sintiéndome e