42. Globo
Bajaba con calma hacia la oficina. Mi cabello se secó tan rápido como mi quincena se iba en deudas. Al llegar a mi puesto, me dediqué a buscar mis flores y el regalo de cumpleaños que me había dado Jacob, pero no había nada.
Hice una leve mueca…
Mi jefe…
¡Mi insoportable jefe!
Con la fuerza de un huracán abrí su puerta sin importarme que pudiera romperla. En su oficina estaba Richard, quien ni se inmutó de cómo abrí la puerta. Por otro lado, Brian levantó ligeramente su rostro.
—Laurent, si sigues abriendo mi puerta así, algún día me la vas a romper —dijo Brian, calmado, mientras revisaba unos papeles.
—Si no quieres que te rompa la oficina… no, algo mejor: que te la queme, dime dónde están mis regalos.
—¿Regalos? —preguntó con inocencia, levantando la mirada—. ¿Qué regalos?
Su calma me irritaba, pero su sonrisa coqueta me debilitaba. Richard dejó lo que hacía, mirándonos a cada uno con lentitud.
—Como imagino que van a pelear, yo me iré. Tengo a una de las chicas de Recursos Humanos