POV Richard Spencer

El frío de la oficina era palpable. Era otra de esas noches en las que no podía dormir; mi mente no me dejaba. Eran casi las tres de la mañana y, como en un par de días atrás, estaba durmiendo en mi despacho. Esto ya me había causado problemas con Christine, pero lo hacía para protegerla. Si lograba impedir que mi abuelo se acercara a nosotros, si podía evitar los riesgos, seríamos felices… entonces, ¿por qué ella no lo entendía?

Dejé escapar un largo suspiro mientras sostenía la taza de café. El calor se filtraba en las yemas de mis dedos. Miré a un lado, notando que era ya la quinta taza. Era como una burla, un recordatorio cruel de cuántas horas llevaba encerrado buscando algo que confirmara lo que mi instinto gritaba desde hacía semanas.

Me llamaban loco.

Ayer, en nuestra última conversación, Leonard decía que debía tranquilizarme, que nuestro padre jamás habría hecho nada. Brian insistía en que dejáramos trabajar a los investigadores. ¡Pero ellos no encontraba