86. Una decisión que tomar
Conduce hacia su departamento, donde lo primero que le dice a Briseida, quien todavía está en su casa, junto a la niña, es que recoja todas las cosas de ella. Buscará a Gabriel. Briseida no tarda en decir lo que él pide. Juan Pablo se encierra en su oficina lanzando esa puerta con fuerza. Camina de un lado hacia otro, porque no lo comprende, no puede comprender en lo absoluto nada porque sería condenarse. Juan Pablo está desesperado, molesto, sin creerlo. Sin creer nada.
Su madre.
Josefina fue capaz de actuar de esa manera, haciéndole daño a la propia Gladys. Una cómplice de la maldad.
No.
Esto no puede quedarse así.
No puede permitir que por culpa de todos ellos ahora Gladys sufra las secuelas.
Ningún integrante de esa familia lastimará a Gladys nunca más.
¡Ni siquiera su propia madre!
—Osvaldo, quiero que vengas de inmediato a mi casa. No esperes más tiempo.
Cuando Juan Pablo cuelga, la puerta de su oficina se abre. Quien entra es otra de sus razones para estar molesto, p