58. Muy tarde
Juan Pablo abre la puerta de su auto justo cuando la voz de Gabriel grita “Papi” mientras corre hacia él. A tan solo horas de salir de aquella audiencia Juan Pablo se quedó en el limbo por la jodida sentencia del juez, que a su vez dio un mal directo a Gladys.
Toma a Gabriel y lo abraza con fuerza. Si aquí está su niñera quiere decir que Esmeralda lo dejó venir, y es que no quiere todavía verla, no luego de lo que se enteró ayer, y luego de lo que ella misma le confesó a Gladys. Menos hoy cuando los medios arrasan con él y con lo que acaba de suceder afuera de la audiencia.
—¿Estás bien? —le pregunta a su hijo, tomando el bolso que su niñera le da para entrar al pent-house—. ¿Ya hiciste tus tareas?
—Sí, papi. Las hice, pero —su hijo mueve la cabeza, señalando hacia la casa—. ¿Quién es esa niña?
Juan Pablo se da cuenta de lo que habla.
La señora Briseida, aquella que encontró ayer junto a la linda niña con un destino que no merece, llegó a su pent-house por órdenes de Juan Pablo. Un ch