Lo que escucha Gladys es una tremenda sorpresa. Casi cree que no está completamente cuerda al escuchar algo así, pero por la imagen de su esposo calmado, sensato, más elocuente que antes, observando con cariño a Esperanza entre sus brazos. La manera en lo que le dijo es tan tranquila que Gladys teme haber oído mal. Se aleja un poco, con los cejas fruncidas en señal de confusión plena, incluso conmocionada en el horror.

—¿Qué acabas de decir, Juan Pablo? —Gladys se atreve a preguntar con un pequeño temblor. Si sus palabras resultan ser verdaderas, temerá de recibir un golpe en el rostro casi sin precedentes. Juan Pablo vuelve a ella, con su sonrisa pequeña, pero su expresión indica otra cosa; decepción.

—Recibí una llamada de Lizardo; un par de dudas. Un punto clave en la…destrucción…que se nos avecinaba…Ismael tuvo poder para —Juan Pablo se detiene en medio de su confesión, brindándole a Gladys una mirada no sólo de decepción sino de ya rabia. Aun en su calma, lo que demuestra es c