111. Un plan que fracasó. Devuelta a la felicidad
Gladys no puede contestar, su cuerpo se quedó congelado. Completamente congelado. Inclusive Tatiana se acerca para quitarle el teléfono con una sonrisa. Gladys sale del trance justo así y se voltea hacia su hija.
Se agacha, temblando. Toma a su bebé entre sus brazos, y arrodillada la abraza con fuerza. Su corazón llora y sus ojos también, pero de felicidad. En un instante la vida es de rosa, y compartirla con el motor de su vida, con su bella hija, dejando atrás todo el tormento, puede creer que todo lo vale, incluso mas que antes. La vida le sonríe, y Gladys llora de felicidad con su hija entre sus brazos.
—Tu papi despertó, mi amor —Gladys ríe emocionada, sin aguantarse las lágrimas porque son la respuesta de su tierna alegría. Se pone de pie, mira a Tatiana y su corazón salta de inmediato—. T-tengo que irme.
—¡Claro que sí! ¡Me alegro tanto por ti! —Tatiana la abraza con fuerza—. No dejes pasar esto. Dios te ha escuchado.
Y Gladys vuelve a reír. Besa a su hija, acariciando su