REY DE OROS. CAPÍTULO 64. El enemigo en casa
REY DE OROS. CAPÍTULO 64. El enemigo en casa
La tensión en el circuito era tan espesa que casi podía cortarse con un cuchillo. El rugido de la moto de Costanza seguía resonando en los oídos de todos, aunque Lorenzo mantenía la mirada fija en la pantalla y sus dedos golpeaban el teclado sin descanso. Cada palabra que escribía aparecía como un latido en el monitor gigante frente a la pista.
De pronto, escribió la última instrucción en italiano: “Senza paura”. *(Sin miedo).
Costanza la leyó, y algo dentro de ella cambió. Alaric, desde la barrera, juró que incluso sin verla el casco podía imaginarla sonriendo. Era como si esas palabras fueran suficientes para darle la fuerza que necesitaba.
Con un movimiento calculado, se desvió hacia la zona de césped que los mecánicos habían despejado a toda prisa. El público contuvo la respiración al verla inclinar la moto peligrosamente. Por un instante pareció que iba a perder el control y que el desastre sería inevitable.
Y entonces lo hizo: soltó l