REY DE OROS. CAPÍTULO 63. Palabras personales
REY DE OROS. CAPÍTULO 63. Palabras personales
Alaric se había quedado helado. Miraba a su secretaria como si ella tuviera en sus manos la llave para detener la pesadilla que estaba a punto de devorarlo. Sus ojos iban desde la mujer hasta esa nota breve que estaba sobre su mesa, y que parecía la promesa para un infierno desconocido para él.
"Así es como se siente perder lo que más te importa."
Las letras parecían arderle en los ojos mientras se le humedecían.
—Dime que no está muerta… —le suplicó con un hilo de voz, apenas sosteniéndose de la orilla del escritorio.
La señora Nélida tragó saliva, y sus propios ojos brillaban de angustia.
—Señor, no… no está muerta, es que no pueden detenerla.
—¿Cómo que no pueden detenerla? —Alaric cerró los puños de golpe, con un atisbo de furia mezclado con pánico.
Ella no contestó. En lugar de eso, le extendió ese teléfono que traía en las manos y Alaric lo tomó con manos temblorosas para escuchar la voz casi histérica del Frank al otro lado, y sali