REY DE OROS. CAPÍTULO 65. Nada que Dios no apruebe
REY DE OROS. CAPÍTULO 65. Nada que Dios no apruebe
El pasillo del hospital parecía un campo de batalla. Los gritos de Alaric resonaban por todo el piso, llenos de desesperación, mientras Rowan y Tristan intentaban contenerlo. Los médicos, acostumbrados a los familiares fuera de control, los miraban de reojo, sin atreverse a intervenir.
—¡Suéltenme! ¡Déjenme entrar! —bramó Alaric, forcejeando con desesperación—. ¡No voy a quedarme aquí sin saber qué le está pasando!
Tristan lo sostuvo de los hombros, usando toda su fuerza.
—Alaric, basta. ¡La vas a empeorar si sigues así!
Pero él no escuchaba. Tenía los ojos rojos, las manos temblorosas y la voz quebrada.
—¿Para qué el quirófano? ¡Solo era sangre en la nariz! ¡¿Qué es lo que no me están diciendo?!
Un médico se acercó, respirando con calma, aunque en su mirada se notaba el peso del cansancio.
—Señor Thorne, estamos llevando a su esposa a cirugía para asegurarnos de que la hemorragia no sea algo más grave que solo una hemorragia nasal. N