Amanda miro con sorna a Vitto y exclamo . . .
–No viviré bajo el mismo techo donde tú vives con tu amante, además eso no es bueno para Santi
–¿Crees que haría eso, si fuera cierto?
Amanda miro con tozudez a Vitto, le dolía que aún a pesar de los años él actuara así
– Creeré que Alejandra no es tu amante cuando las ranas bailen –le espetó Amanda
–Nunca dejaras eso verdad
–No y ahora, apártate no te quiero cerca de mí –añadió, intentando abrir la puerta. Pero Vito la mantuvo cerrada.
–Eso será cuando lo crea conveniente. Tú has empezado esto, pero tal vez es mejor que lo terminemos aquí y ahora antes de que mi hijo se despierte y para poder regresar juntos.
–¿Terminar, qué? –gritó ella, mirándolo llena de asombro–.
–Por lo que tienes en contra de Alejandra –le recordó él–. Esa obsesión, Mandi. Siempre la has mantenido.
–¡Eso crees tú!, . . . espeto ella
–Para mí es fácil llegar a la conclusión que eres tú la que ha estado llenándole a Santi la cabeza de tonterías sobre Alejandra y yo.
–