Mundo ficciónIniciar sesiónEl vómito había dejado un sabor amargo que ninguna cantidad de agua podía eliminar. Danna se apoyó contra la puerta del baño, las piernas temblorosas después de vaciar su estómago por segunda vez en una hora. La propuesta de Don Vidal resonaba en su mente como un eco distorsionado, cada palabra cargada de una amenaza velada que le helaba la sangre.
Casarme con él. Ser su esposa de verdad.
La sola idea provocó otra oleada de náusea que tuvo que reprimir con fuerza. Se deslizó por la puerta hasta quedar sentada en el suelo de mármol frío, abrazando sus rodillas mientras intentaba controlar la respiración entrecortada. El bebé se movió en su vientre, como si pudiera sentir la agitación de su madre, y Danna puso una mano protectora sobre el bulto que crecía día a día.
—Danna, ¿estás bien? —la voz de Valentina llegó desde el otro lado de la puerta, teñida de preocupación.
—No... no puedo... —las palabras salieron entrecortadas entre sollozos que había estado c







