Alejandra Marie Costa
Richard…
Un suspiro de alivio escapa de mis labios mientras las lágrimas brotan sin control al ver a mi esposo en el umbral de la puerta. No llega solo; junto a él están Jonathan y Tristán, acompañándolo con paso firme.
—Entonces, ¿él es realmente tu esposo? —pregunta Darío, mientras yo asiento, incapaz de ocultar las lágrimas que empañan mi mirada—. Está bien, pueden pasar.
Darío quita el arma de su espalda invitándolos a pasar. Richard inmediatamente toma mi rostro entre sus manos estudiando mi rostro con ternura.
—Mi amor estas bien —asiento —Nuestra hija también está bien…Marian, Lina…
—Si estamos bien amor salimos ilesas gracias a Darío y Gael —Luego recuerdo que Richard no sabe quién es Gael —Gael es la persona que nos ayudó a salir del pueblo cuando llegaron esos hombres.
Digo lamentándome por su bienestar porque él se quedó atrás para permitirnos escapar de los hombres que envió mi padre.
—Lo se
—¿Cómo lo sabes Richard? —Pregunto confundida por su respues