Richard Müller
—¿Es seguro? —pregunto, buscando la certeza que explicara la identidad de ambos hombres en la vida de mi esposa.
—Estoy completamente segura, no hay ninguna duda —afirma Tessa, mientras sostengo con firmeza la tableta entre mis manos.
—Bien, esta información no la compartiremos con nadie, al menos por ahora. Lo primero es salir de este pueblo; necesito que estemos fuera del alcance de Mario.
—De acuerdo; por ahora, solo dos personas conocemos la verdad. En cuanto a la salida, está todo listo, solo falta tu orden para partir. Jonathan se encarga de coordinar los últimos detalles, puedes confiar en que hará un buen trabajo —murmuró Tessa con una sonrisa burlona en los labios—. Jamás imaginé que ese burgués fuera capaz de dirigir esto como si tuviera experiencia militar.
—Eso me tranquiliza —Tessa pone los ojos en blanco—. Entonces, prepáralo todo. Voy por Alex y mi hija; nos reuniremos en unos minutos.
Al salir del salón, me dirijo a la habitación en busca de mi esposa y