POV: Isabella
El silencio después de la llamada fue peor que la voz de Carlos.
Me quedé allí, en medio de la acera, con el celular pegado a la oreja aunque ya no había nadie al otro lado. No podía moverme. Ni siquiera respirar bien. Algo dentro de mí se había congelado, como si el tiempo se hubiera detenido justo en el instante en que escuché esa palabra que creí que jamás volvería a oír de su boca.
“Isabella…”
No el nombre falso.
No Clara.
No la máscara que tan cuidadosamente había construido.
Mi verdadero nombre.
Mis dedos temblaban. El ruido del tráfico parecía lejano, irreal, como si estuviera escuchándolo desde detrás de un cristal grueso. Intenté procesar lo ocurrido, pero mi mente se deslizaba. Una parte seguía intentando razonar, reconstruir, darle lógica; la otra simplemente repetía una frase sin voz, un mantra silencioso que no conseguía callar:
*No puede ser él. No puede ser él. No puede ser él.*
Pero la voz había sido idéntica.
No… peor: había sido más clara de lo que debe