Cuando bajan del avión, Alex se queda atónito mirando el lugar. No entendía dónde estaban. Había mucho campo y se podía ver en el horizonte las casas de estilo colonial. Casas que parecían vivir en una época muy lejana de la actual. Parecía un lugar donde las personas seguían lavando la ropa en algún lago cerca y con una tabla. No la imaginaba a Lina en un lugar donde tenga que lavar ropa sin un lavarropas automático. Bueno, ella había dicho que lo iba a mantener la mayor parte del tiempo desnudo.
—Mi amor —la llama encontrando una serenidad que no tenía.
-¿Si? —ella lo mira sonriendo. Y él sabía que detrás de esa sonrisa había algo más.
— ¿Dónde estamos demonios? —pregunta sin cuidado alguno.
—En Chipre —entona como si fuera el lugar más común del mundo.
— ¿Y en qué continente se supone que es esto?
—Depende, según las tierras, en Asia, según la política, Europa. Por lo tanto solo digamos que estamos en una isla del mar mediterráneo al sur de Turquía y al oeste de Siria —ella le sonr