— Bastián… Fue Bastián quien asesinó a nuestro padre y fue él quien encubrió todo, él permitió que te acusáramos como una asesina, para él lavarse las manos y salvarse… — Contó Carolina en un hilo de voz, mientras que Carmen iba sintiendo como todo le daba vueltas y el corazón se le detenía por un instante, como si fuera ella la que estuviera ebria. — Lo ves, esa es la verdad, el secreto que nadie sabe, y ahora te casarás con él, sabiendo que el hombre que siempre amaste, arruinó tu vida y que fue él, quién permitió que te acusaran de un crimen que no cometiste, fue Bastián quién vio el trabajo y maltrato que pasaste por esa muerte, sabiendo que eras inocente, pero él nunca dijo nada para salvarte, todo lo contrario, él mismo también te acusó…
— No es cierto… — Carmen apretó los labios, sintiendo como se le llenaban los ojos de lágrimas y se le formaba el nudo en la garganta.
— ¿Qué no lo es? ¿Por qué no se lo preguntas tú misma? — Carolina señaló hacia atrás de Carmen y cuando ella