—Cariño, bajemos a desayunar. Esperan por nosotros.
—No quiero encontrarme con tu padre.
Digo eso y su cara de tristeza no pasa desapercibida para mí. Sé que le duele que diga algo como eso, pero es la verdad, si me encuentro a su padre no perderá el tiempo de insultarme.
—Cariño, hablé con él y no se atreverá a decirte nada más. ¿Confías en mí?
—En ti sí, en él no.
—Tarde o temprano tendrás que salir de esta habitación y se encontrarán. Te dije que te protegería y es lo que pienso hacer, no dejaré que mi propio padre o quien sea te vuelva a insultar y a tratar de la manera en que lo ha hecho—extiende su mano en mi dirección y sin dudarlo la tomo—. Vamos.
Trato de controlar mis nervios, si ese señor me vuelve a decir algo, no podré quedarme callada. Bajamos las escaleras y nos encontramos con Garret.
—Cuñada, con unos tragos encima eres la bomba.
No encuentro dónde meter la cabeza, ¡qué vergüenza!
—Garret, yo… siento mucho lo que le dije a tu padre.
Disculparme con él sentía qu