Al salir del despacho del ogro estoy en shock y Edward lo sabe. Me sonríe con tranquilidad y me da la seguridad que necesito, el alma me ha vuelto al cuerpo.
Caminamos hacia el jardín, allí están sus hermanos, su madre y la nana. Nos unimos a ellos, celebramos y nos felicitan. Anthony y Garret me dicen que estarán esperando por mí después de la luna de miel para grabar, eso me hace inmensamente feliz y me hecho a llorar en los brazos de mi amor.
El me abraza por la cintura, hago una mueca de dolor que disimulo muy bien, tiro mis brazos a su cuello y me alza, quedo colgada como un chorizo de él, se aleja un poco de su familia y me dice:
—No, por favor, cariño, deja de llorar. No sé qué hacer cuando te pones así. Puedes dejar de hacerlo por mí.
Asiento, entonces una idea cruza por mi mente.
—Puedo, pero a cambio de algo.
—¿De qué?— me pregunta.
Lo miro y mientras coloca un mechón de cabello detrás de mi oreja le digo:
—De que me lleves a tu habitación.
Edward se ríe, se carcajea y m