Capítulo 85. Ocultar
El pasillo del hospital olía a desinfectante y a miedo. Katherine se había repetido toda la mañana que ese día iba a ser distinto: le darían el alta, saldría de esa habitación blanca y fría, y volvería a casa con Darren, aunque el bebé aún tendría que quedarse ingresado. Había llorado en silencio durante la madrugada, sintiendo que los monitores y el zumbido de las máquinas eran su única compañía.
Cuando la enfermera se retiró con los últimos papeles firmados, Katherine respiró profundo y se recostó un instante. Fue entonces cuando la puerta se abrió sin previo aviso.
—Marcus… —susurró, con el corazón encogiéndosele.
Él entró con paso seguro, como si aquel hospital le perteneciera. Sus ojos brillaban con esa mezcla de arrogancia y amenaza que la hacía temblar.
—Venía a felicitarte por seguir viva —dijo con ironía, cerrando la puerta tras de sí—. Pero no olvides que nada ha terminado, Katherine. El contrato.
Ella se irguió, sujetándose el abdomen aún adolorido.
—¿De verdad no lo entien