Capítulo 75. A toda costa
—¿Qué demonios fue lo que hiciste, Katherine? —la voz de Darren resonó como un trueno apenas cerró la puerta del departamento.
No le extrañaba para nada que la prensa lo siguiera en estos días, pero no esperaba enterarse por ellos de la fecha de la boda. Katherine, sentada frente al tocador, no se sobresaltó; simplemente continuó pintando sus labios con un tono suave.
—¿A qué te refieres? —preguntó con voz melosa.
—No te hagas la ingenua. La fecha de la boda… ¿desde cuándo se decidió anunciarla públicamente? Ni siquiera la hemos acordado en privado.
Ella giró lentamente hacia él. Sus ojos se humedecieron, y la primera lágrima corrió con estudiada precisión por su mejilla.
—Darren, estoy embarazada. Ya empieza a notarse. No quiero ser la mujer con un vientre abultado vestida de blanco, quiero lucir preciosa en las fotos. Es el sueño de toda mujer. Mi hijo merece nacer como legítimo.
Darren apretó los dientes. Caminó hasta quedar a escasos pasos de ella.
—Entonces espérate a que nazca,