Capítulo 74. Determinación
El aire del apartamento estaba impregnado de tensión, Eva habia ido a la habitacion por las pruebas y llogo a colocarlas en la mesilla del cafe, una a una perfectamente alineadas, todas mostrando el mismo resultado inequívoco. Dos líneas rosadas. No una, no dudosa, sino dos, firmes y claras.
Leiah que no había sido capaz de mirarlas sola. Apenas lo hizo, las tomó entre sus manos temblorosas y soltó un suspiro entrecortado que llenó el silencio.
—Es positivo —dijo al fin, con la voz baja, como si el mundo entero pudiera escucharla.
Leiah cerró los ojos y hundió la cara entre las manos. Sintió un vacío en el estómago, no de hambre ni de miedo, sino de algo mucho más profundo, como si todas las certezas que había intentado construir en París se derrumbaran en un instante.
Eva se sentó a su lado y la abrazó sin reservas.
—No estás sola —susurró, apretándola con fuerza—. Lo vamos a resolver juntas.
Pero Leiah no respondió. Permaneció rígida, como una estatua que temía quebrarse al menor mov