Capítulo 60. Escapar
El teléfono de Eva vibró sobre la mesa, y al ver el nombre de Leiah en la pantalla, una punzada de inquietud la atravesó. Contestó al instante, y lo primero que escuchó fue una respiración entrecortada, temblorosa, como si la voz del otro lado cargara el peso de un secreto demasiado grande para sostenerlo.
—Eva… —dijo Leiah, apenas audible.
El tono era suficiente para encender todas las alarmas. Eva se enderezó, con el corazón acelerado.
—¿Qué pasó? —preguntó, su voz endureciéndose de preocupación.
Del otro lado, un silencio breve, luego el crujido de palabras contenidas.
—Necesito verte. Esta noche. En la ciudad. Es urgente, Eva, por favor… no me digas que no.
Había súplica, pero también un eco de mandato, una determinación que a Eva le heló la sangre.
—Está bien —respondió sin titubeos—. Dime dónde.
La conversación se cortó con brusquedad, dejando en el aire un clima de misterio y de tensión insoportable. Eva supo que lo que estaba por escuchar cambiaría todo.
Unos minutos después r