Capítulo 35. La decisión
Johan cerró la puerta con cautela. Venía de dejar a Leiah en casa. No tuvo que decir nada. El desastre ya estaba hecho.
Darren estaba de espaldas, apoyado contra la ventana, con la mirada perdida en la ciudad iluminada. Su camisa estaba arrugada, los zapatos sin abrochar, y sus manos… temblaban.
—¿Estás bien? —preguntó Johan, sabiendo la respuesta.
Darren no se movió. Solo murmuró, con voz apagada:
—No puedo dejarla ir. Pero tengo que hacerlo.
Johan lo observó unos segundos más antes de dejar la chaqueta sobre el sofá. El apartamento olía a desesperanza.
—¿Estás seguro de lo que haces?
Darren cerró los ojos.
—No. Y eso es lo que me está volviendo loco.
Se giró, con los ojos húmedos, las facciones tensas.
—Si ella no se casa mañana, Johan… yo voy a hacer una locura. No voy a poder controlarme. No quiero arruinar su vida. Pero… —tragó saliva— me aterra que no me odie como creo. Que me mire con compasión. Que siga amándome.
Se sentó, abatido.
—Y si sigue amándome… no voy a poder detenerm