21. Eres un chiste
Fausto.
—Deja que yo resuelva el tema del traslado del armamento — le dije a mi amigo ruso a través del celular que tenía pegado a mi oreja gracias a mi cuello ya que con mis manos libres estaba componiendo las agujetas de mis zapatos lustrados cafés.
Dos de la tarde y ya había atendido tres situaciones alrededor del país en un domingo.
Claro que Indra no entendería como de ocupada estaba mi agenda. Porque mi trabajo real, ella lo desconocía completamente.
—Ulises dijo que regresaría mañana, pero tu hermana está jodiendo con que quiere venir también— bufé al escuchar a Vladimir.
Mi primera ahijada ya estaba en el mundo de los vivos y Ulises tenía que regresar al mando de su cartel y de su empresas para mantenerla segura y llena de lujos.
Quería de regreso al colombiano para poder sacar a Carlota del mando de mi cartel, pero ni de chiste quería a Victoria respirando el mismo aire que yo ahorita.
Mire cómo la reja de la casa de la amiga de Indra se abrió hacia la izquierda.
No fue n