Todavía adolorido por el despiadado ataque que había sufrido, Kaim regresó al barranco del que Kort lo había lanzado y confirmó lo que temía: su caballo y pertenencias ya no estaban.
Regresar a las tierras del Irs a pie le tomaría semanas; mas la furia que le incendiaba las entrañas era tal que estaba dispuesto a sacrificar su razón en pos de regresar cuanto antes para enfrentar a Kort, y el camino más rápido era hacerlo en su forma de lobo.
Una bestia lo había atacado y sería una bestia la que le respondería.
Iba bajando por un sendero, decidido a transformarse en cuanto llegara a tierras más despejadas, cuando un pensamiento lo hizo detenerse y replantear toda su estrategia. ¿El alfa supremo buscaba a una hembra en particular o a una hembra de una especie en particular? Él había creído que se trataba de una hembra única, pero si las Kraias eran una especie, como lo eran los Liaks o los Tarkuts, cualquier otra podría servir.
Y la que le había robado Kort ya podía llevar en el