Darío es un obrero humilde y de buen corazón que nunca imaginó que amar sería su peor error. Traicionado y enviado a prisión por las hermanas Izaguirre, carga con la mentira que Mireya tejió y con el testimonio de Lorena, quien sin saberlo lo condenó. Años después, el peón regresa convertido en un arrogante y poderoso millonario. Su único objetivo: vengarse de las dos mujeres que destruyeron su vida. El destino le ofrece la oportunidad perfecta… Lorena, sin reconocerlo, cae en sus encantos y termina en un matrimonio que la convierte en su prisionera. Pero lo que inició como odio disfrazado de amor pronto se transforma en un peligroso juego de deseo. Y cuando la verdad salga a la luz, Nadie será libre en la prisión del amor.
Leer másLORENA
—Por el amor de Dios mi niña, hemos revisado la cena por quinta vez. Todo saldrá bien.
—No quiero que salga bien nana. Quiero que salga perfecto. ¿Me veo bien?.
—No, no te ves bien. Lorena Izaguirre, te ves maravillosa.
Mi pecho vuelve a sentir los latidos escuchando a mi hermosa nana que es como mi segunda madre, la mujer más cariñosa y definitivamente mi cómplice en todo pero nada como esta noche.
Me encargó junto a Roxana de revisar que la mesa está impecable, el salmón está en su punto exacto, el vino blanco que tanto nos gusta de cosecha exclusiva y ni hablar del aroma de la tarta de manzanas, todo bien.
—Lorena sal de la cocina, no quiero que salgas oliendo a comida. Por Dios, mira ese cabello, deberías alisarlo.
Pero no quiero, siento que el vestido plisado color nude sin mangas me adorna la figura de forma exacta y precisa. Tengo veintitrés años pero a veces siento que mi mamá piensa que tengo sesenta, ella insiste en que debo amarrar mi cabello, hacerle un moño alto o alisarlo, pero por ahora prefiero dejar al aire mi cabello castaño con sus ondas naturales, prolijo pero muy yo. Tampoco estoy dispuesta a aceptar críticas, las vengo escuchando toda mi vida pero ésta noche no. Esta noche debe ser perfecta.
Mi nana dice que no haga caso pero no es fácil, no digo que mi mamá no me quiera pero su predilección por mi hermana es de lo más chocante que me ha tocado atravesar.
—¡Oh por Dios Mireya!. Hija, me encanta ese vestido— mini vestido diría yo— aunque un poco corto para mi gusto.
—No te preocupes mami, es la última moda en París, además yo soy joven y hermosa. ¿Por qué hay tanta algarabía?.
Israel regresa hoy de Florencia, respondo acomodando mi cabello pero no mi corazón. Puedo escuchar una risa irónica de mi hermana pero no importa, no tenemos la mejor relación, sin embargo, nada es más importante que la llegada de mi eterno amor.
Israel Villanueva, mi amigo de la infancia, el primer beso que di, mi compañero… el amor de mi vida y todos lo saben.
—Que emoción— abrazó a la nana mientras mamá se va con mi hermana— mi vida. ¿Estás segura?.
—Si, tu sabes que siempre he estado enamorada de Israel, tenemos una química sin igual, nos conocemos de toda la vida, él me gusta mucho— puedo sentir sus dedos delicados limpiando mis mejillas— estoy enamorada.
Y él me lo dijo. Desde que se fue no hemos perdido comunicación, siempre me ha hecho saber que le parezco hermosa, madura, inteligente y con lo que me dijo hace una semana no ha habido un solo día en el que tenga el corazón quieto.
“Grabate esto Lorena, eres una mujer hermosa y el hombre que esté a tu lado será el más afortunado de todos. Serás una gran esposa y muy pronto tengo una sorpresa para ti, una que nos cambiará la vida para siempre”.
Su regreso de Italia es para tomar su puesto como socio de la constructora, organizar proyectos pero mi corazón lo sabe, la emoción me rebasa casi hasta las lágrimas mirando mis manos, imaginando lo que anhelo desde siempre.
—Una sorpresa que nos va a cambiar la vida— suspiro como quinceañera— lo sé mi amor. Aquí te espero.
—Pues ya no tienes que esperar— mi papá me saca de mis pensamientos y mis mejillas queman de vergüenza— mi bella Lorena— sus ojos miel como los míos me miran con el amor que siempre me ha dado— mi primera niña, mi vida eres mi orgullo. Mi arquitecta favorita.
—Papá…
—Vamos, Israel ya llegó.
Y escuchar eso logra que sienta cómo el piso se mueve bajo mis pies. Por Dios siento como todo me da vueltas, mi estómago se estruja y respiró con fuerza temblando en los tacones mientras camino al salón del brazo de papá, Mauricio Izaguirre, el mejor de todos.
El murmullo de voces y el tintinear de copas me sacuden cuando lo veo, ahí está él.
Alto, delgado, elegante, de traje gris perfectamente entallado, la corbata azul oscuro resalta la amplitud de sus hombros y ese cabello impecable brilla bajo la luz del salón y yo me voy a desmayar.
Sus ojos celestes recorren la mansión hasta que por fin, se encuentra con los míos, tan intensos que me hacen olvidar cómo respirar. Perfecto para mi vista y para mi corazón.
—¿Te vas a quedar ahí? —Su voz grave y cálida me acaricia el alma, como si el tiempo nunca hubiera pasado— ¿hasta cuánto debe esperar por
su atención señorita?.
Su sonrisa ilumina más que cualquier foco, he esperado tanto por este momento para terminar quedando casi muda, inmóvil y eso no puede pasar.
—Israel estás aquí. ¡Por fin has regresado!.
Por fin lo tengo cerca. Da un paso al frente, abriendo los brazos y me tiembla el cuerpo entero cuando me abraza con la misma emoción que siento.
—Ven acá, Lorena —me dice con esa seguridad que siempre lo distinguió—, no me niegues un abrazo después de tantos años.
El salón parece desvanecerse mientras camino siento su cuerpo. El aroma de su colonia me envuelve y cuando sus brazos me rodean, por un instante se que todo lo que soñé por fin será realidad.
—Has vuelto, Israel… —susurro contra su hombro, sintiendo que las palabras se me escapan.
—Sí, ha vuelto… Israel está aquí, vino por mí— obviamente esto es un mal sueño del que debo despertar— ¿No te emociona saber que ahora tu y mi amor serán cuñados?... Hermanita.
DARÍO—¿Has hablado con Mireya?. —Me tiene muy intranquilo, no me responde pero esperaré a hoy. Si no lo hace, te juro que iré a la casa de esos presumidos y todo el mundo se va a enterar de lo nuestro. Gracias por tu apoyo amigo. Me despido de Rodrigo con la cabeza hecha un hoyo pero continuo. El turno termina tarde y vuelvo a casa con el cansancio pegado en la piel. Mi madre ya debe estar preparando la cena por lo que avanzó más rápido, me muero de hambre y además quiero verla, con ella las cosas siempre parecen menos pesadas. Este barrio no es lo mejor pero me sorprende ver tantas patrullas sin embargo no prestó atención. Sigo pensando en Mireya, en todo lo que hemos pasado. Pero al doblar la esquina no me da tiempo a nada. Dos patrullas cierran mi paso, los faros me ciegan y los uniformados se bajan como si vinieran por un asesino en serie. —¿Darío González? —pregunta uno, con la mano en la pistola— ¡Habla!. —Sí, soy yo. ¿Qué pasa?No me dejan terminar. Me agarran de los bra
MIREYA—¿Qué haces aquí?. !¡Cálmate y deja de gritar Mireya!. Son las siete de la mañana. ¿Qué haces en mi casa?. —Agustín. ¿Eres mi amigo verdad?. ¡Me tienes que ayudar! Necesito quitarme un gran problema de encima. Porque yo no voy a perder, lo siento mucho pero no voy a perder todo lo que tengo por nadie… ni siquiera por Darío.Mí corazón aún no se estabiliza después de la discusión que hemos tenido, me costo horas de lágrimas y sexo intenso para calmar las aguas pero eso no me deja tranquila, mucho menos después de saber que estuvo a punto de hablar con mi hermana. El Darío que deje ya no parece tan dócil como antes y tengo miedo. —No lo puedo creer. La aristócrata Mireya Izaguirre acostándose con un simple obrero— su burla me enferma— relájate. Ya escuche toda tu historia, es claro que tienes al peón comiendo de tu mano. —¡No!. No lo entiendes, nunca lo había visto tan determinado. No conozco a persona más maquiavélica que él y necesito alejar a Dario, al menos hasta que me
DARÍO—!¡Ya basta! Amiga por favor no quiero que sigas así. La cura de tus problemas con Israel no la vas a encontrar en los libros. Ha pasado un mes Lorena. ¿Por qué no quieres hablar conmigo?. ¿Ya no confías en mí?. —No digas eso, Pierina eres mi mejor amiga, la persona en la que más confío. Ojalá tú hubieses sido mi hermana. Pero no lo es y ahora lo entiendo mejor. Ahora comprendo mucho más la negativa de mi rubia bonita a que hable con su familia. Ella tiene razón, Lorena Izaguirre la odia. Después de la conversación de ayer, de hacerla mía con el amor y la necesidad que siento por ella, tome la decisión de no aguantar más, aún en contra de mis propios juramentos que para mí valen oro. Me encuentro caminando por los pasillos de la enorme constructora Izaguirre, viendo el lujo imponente que los rodea, un lugar al que no había ingresado antes pues mi trabajo como obrero siempre ha sido de campo y ya veo que no me pierdo de mucho. La gente aquí me mira como el intruso que soy, a
MIREYA—Pero qué fue lo que hizo la insoportable de tu hermana. ¡Por Dios te juro que hubiese pagado por ver su cara de decepción!. Mireya cuéntame todo. ¿Que hizo la arrogante Lorena cuando se enteró que le quitaste al amor de su vida?. —Fingir como siempre. Es que no lo entiendo, muchos dicen que soy yo la que vive de apariencias pero no es verdad. Lorena es incapaz de ser ella misma con nadie. Ana, eres mi mejor amiga, somos jóvenes y nos gusta pasarla bien. Por eso que la horrible de mi hermana me odia. —Puede ser, aunque tu hermana no es una anciana y mucho menos fea. —Pero es una frígida hipócrita— me molesta y dice que me calme— ella es incapaz de despertar en los hombres lo que yo puedo. Israel me prefirió a mí y ahora soy yo la futura señora Villanueva y dueña del Consorcio hotelero más grande de la ciudad. Brindó con Ana que no sólo es mi amiga sino también mi cómplice. La tarde en el distinguido club español se va haciendo noche y ella sabe muy bien lo que eso signific
LORENA—¿Hermanita?El significado de esa palabra me oprime el corazón. El mundo se me derrumba en un segundo y la sonrisa tonta que tenía muere en mis labios. Esa voz burlona, que tantas veces intenté ignorar, ahora es imposible de evadir.Mireya se acerca moviendo las caderas con ese vestido que la hace ver como una actriz en la alfombra roja. El cabello rubio oscuro le cae liso hasta los hombros, sus ojos verdes brillantes y una estatura ligeramente menor que la mía, fina, más delgada y esbelta, como si hubiera nacido para ser notada. Su piel clara y sus rasgos delicados la convierten en la favorita de mamá a simple vista por lo mucho que se parece a ella. —¿Lorena? —escucho, pero no entiendo—. ¿Estás bien? Mi amor, creo que tu hermana se quedó muda.Le dice mi amor. No, por supuesto que esto no es un mal sueño. Es una pesadilla que me arranca el corazón.Israel se aparta de mí preguntando qué sucede, habla y habla, pero lo único que puedo ver es cómo toma la mano de mi hermana me
LORENA—Por el amor de Dios mi niña, hemos revisado la cena por quinta vez. Todo saldrá bien.—No quiero que salga bien nana. Quiero que salga perfecto. ¿Me veo bien?.—No, no te ves bien. Lorena Izaguirre, te ves maravillosa.Mi pecho vuelve a sentir los latidos escuchando a mi hermosa nana que es como mi segunda madre, la mujer más cariñosa y definitivamente mi cómplice en todo pero nada como esta noche.Me encargó junto a Roxana de revisar que la mesa está impecable, el salmón está en su punto exacto, el vino blanco que tanto nos gusta de cosecha exclusiva y ni hablar del aroma de la tarta de manzanas, todo bien.—Lorena sal de la cocina, no quiero que salgas oliendo a comida. Por Dios, mira ese cabello, deberías alisarlo.Pero no quiero, siento que el vestido plisado color nude sin mangas me adorna la figura de forma exacta y precisa. Tengo veintitrés años pero a veces siento que mi mamá piensa que tengo sesenta, ella insiste en que debo amarrar mi cabello, hacerle un moño alto o
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