Un viaje inesperado (1era. Parte)
El mismo día
New York
Lance
Imbécil, idiota, inmaduro, estúpido, todo se queda corto por mi metida de pata, no por haber golpeado al cabrón de Michael, eso fue necesario para que aprenda a respetar a Karina, más bien fue por la discusión tonta sobre mis arranques violentos. No creo que tenga un problema de ira o tal vez sí, pero el caso fue sentirme como si estuviera delante de un juzgado siendo culpado por mis delitos, fue horrible percibir las miradas inquisitivas de mi madre, y mi mujer no se quedaban atrás.
Aun así, cedió, me dejo traerla a su casa, pero el camino ha sido horrible, nefasto, en un silencio espeluznante, preferiría que grite, que me regañe, pero en cada intento me estrellaba contra su mirada dura, contra ese gesto irritado que no me dejaba lugar. Solo pude conducir en calma, esperando que bajara un poco la tensión, hasta que finalmente estacionamos frente al edificio de sus padres.
Ahora estamos aquí, en la entrada iluminada por las farolas. Karina avanza con pasos r