Fines de junio
New York
Martha
Desde que Cristina y Roger regresan de Berlín y Francia, no dejo de pensar en todo lo que ocurrió. Intento contactar a Yang Ling, pero su esposo, Fred Fisher, insiste una y otra vez en que tomará acciones legales si seguimos “perturbando la tranquilidad de su familia”. Ahora, con mi hija, buscamos la forma de descubrir la verdad por cuenta propia.
—Madre, deberíamos decirle la verdad a Lance. Es la única forma de que exija una prueba de ADN —dice Cristina con una mezcla de firmeza y duda en la voz.
—¿Estás segura de que ese niño que viste en Berlín es hijo de Lance? ¿O todavía tienes dudas? —pregunto observándola con atención.
—Segura no estoy… pero por la edad podría ser. A Yang no se parece —responde mientras juega con sus manos, inquieta.
—Si es el mismo niño de la foto que me dio Steven, no podemos asegurar que sea hijo de tu hermano —digo con cautela.
Cristina suelta un suspiro largo.
—Mamá, en realidad no le encuentro parecido con nadie de la famili