Al día siguiente
Londres
Karina
Después de un largo viaje, por fin llegamos a nuestro departamento en Londres.
El cansancio nos envuelve a todos; los niños ya duermen en su habitación, rendidos después del vuelo. Yo revuelvo las valijas buscando algo cómodo que ponerme mientras Lance está recostado en la cama, con el brazo detrás de la cabeza, observándome en silencio.
Siento esa extraña inquietud, como si hubiera olvidado algo importante. Voy al baño, me cepillo los dientes, miro el reflejo en el espejo. Entonces lo noto: el estuche de mis píldoras no está.
—No… no puede ser —susurro, revisando el neceser, la valija, el bolso de mano. Nada.
Un calor nervioso me sube por el pecho. Vuelvo a la habitación y empiezo a buscar el celular, mis dedos tiemblan mientras abro el calendario.
—Hermosa, ¿estás bien? —pregunta Lance, incorporándose con el ceño fruncido.
—Sí, amor… solo voy a poner el celular a cargar —respondo, intentando sonar natural.
Él se levanta, camina hacia mí con esa calma q