Nada está saldado
Enero 2013

New York

Lance

Siempre pensé que la vida se ordenaba sola, pero este año entendí que uno también tiene que empujarla. Prometí estar presente en el embarazo de Karina… y lo cumplí a medias. Hice los viajes necesarios para cerrar clientes y después frené todo: mi hijo podía nacer en cualquier momento, y yo no quería perderme ni un solo latido.

Mientras yo movía mis fichas, ella movía las suyas. Karina dividía sus días entre nuestros proyectos y la empresa de mi madre. Yo insistí mil veces con que descansara, y al final, como siempre, terminé rindiéndome a lo inevitable: ella hace lo que quiere. Y lo hace bien.

Sobre Amanda… hice lo que le dije a Karina que haría. Hablé con ella, le pedí que al menos escuchara a Michael. Y bueno, mi primo hizo el resto: apenas supo dónde estaba, vivió prácticamente en la hacienda. Ella dio a luz hace unos meses, y aunque Michael sigue rogándole una oportunidad, solo el tiempo dirá si terminan siendo ellos dos… o si terminan rompiéndose otr
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