Sofía despertó y eso ya era mucho decir, porque si la rubia había podido descansar como correspondía, solo se debía a la compañía de Alexander, su sola presencia la hacía sentir bien. Por su parte el CEO aún permanecía con los ojos cerrados, la noche se le había hecho más larga a él que a ella, pero era comprensible, o al menos eso creía Sofía, la preocupación de Alexander radicaba en que podría perder a su hijo al día siguiente, aunque la verdad era que el CEO no solamente se preocupaba por Bautista, sino también por ella y las consecuencias de lo que estaban a punto de enfrentar.
Sofía se dedicó a detallar el rostro de Alexander, esa pequeña capa de barba que tenía luego de no haberse afeitado durante dos días contrastaban de manera grata con lo rojo de sus labios, un poco hinchados ante el descanso, su cabello estaba un poco largo, no mucho, solo lo bastante para darle un aire casi rebelde y un poco más juvenil, aunque a Sofía la diferencia de edad entre ellos no le importaba, porqu