Una semana había pasado desde el estúpido rumor de que el gran CEO de Lumina Entertainment, era gay, una semana que a Alexander se le asemejaba a un año, quizás más, el sector de relaciones públicas no sabía cómo manejar la falsa historia, y él no tenía como demostrar lo contrario, peor aún, no sabía qué hacer con su maravilloso plan, o, mejor dicho, la idea absurda de que él ya tenía una nueva pareja y que todo lo que Lucrecia hacía era por despecho y resentimiento.Estaba tras su escritorio, era tarde a la noche, y había finalizado de garabatear un gran guion, seguro y sería una estupenda serie romántica, si no fuese que era lo que él utilizaría para persuadir a los medios de que no era gay y, que él no arruinó su matrimonio, que su hijo estaría más que bien a su lado, y lo más importante, que aun podía seguir siendo el CEO de Lumina Entertainment, y aunque su hijo debería ser su mayor preocupación en ese momento, no lo era y el motivo era fácil, estaba perdiendo su credibilidad, lo
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