134 | Sal

El aire de la fábrica abandonada era espeso, tan frío que se sentía como una herida en los pulmones. Se arrastraba por el suelo de concreto, un hedor a óxido y productos químicos putrefactos en el aire, mezclado con el penetrante olor a sangre fresca que provenía de las heridas abiertas de Ellis.

Ellis, tirado en el piso de cemento, con su mano herida y una bala en el pecho, se quejaba, sus gemidos un sonido débil que se perdía en el eco. Sus ropas estaban empapadas en su propia sangre, un charco oscuro y siniestro que se extendía a su alrededor, pero la verdadera agonía aún no había comenzado.

Vance y Anastasia se pararon sobre él, sus rostros una máscara de frialdad absoluta, sus ojos, un vacío que se sentía más aterrador que cualquier arma. Ya no eran el presidente y su esposa, ni la asesina y su protegido. Eran dos depredadores unidos por un mismo propósito: la venganza.

—Vance... Anastasia... —gimió Ellis, su voz era un susurro que se rompió en un sollozo, el sonido de su gargant
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP