La revelación de Isabella había sido un golpe devastador para Nathaniel, pero también había encendido una chispa, una esperanza que creía muerta.
La fotografía de Anastasia, el niño y el collar, lo había sumido en una determinación férrea. Durante días, Vance había enfrentado a los medios, su rostro demacrado, pero firme, lidiando con el escándalo de Isabella y los chismes sobre la entrega de Ethan.
Había hablado públicamente para asegurar que su hijo estaba seguro, en buenas manos. El precio de la verdad sobre Isabella había sido alto, pero había despejado el camino para su siguiente y más urgente misión: la exhumación del cuerpo de Anastasia.
Con una tenacidad inquebrantable, Vance había movido cielo y tierra, usando cada contacto, cada resquicio legal, cada amenaza velada que tenía a su disposición.
Finalmente, había logrado conseguir una orden de exhumación para el cadáver de Anastasia en suelo ruso.
Por supuesto, Dmitri Slov había alegado con furia. La voz del poderoso oligarca r