19. La Risa Prohibida
Isidora se deslizó fuera de la mansión con el traje de pantalón gris, su uniforme de resistencia. El reloj marcaba las 7:30 PM. La brutalidad de Matteo y el ataque de Lucía la habían dejado con una única certeza: su única vía de escape era el plan de Diego.
Llegó al apartamento de Amy, el único lugar donde podía respirar.
El apartamento de Amy era un pequeño refugio, vibrante y caótico, lleno de bocetos, libros y el olor a café fuerte.
—Estás pálida —dijo Amy, cerrando la puerta con pestillo—. ¿Qué pasó con Matteo?
—Me tiene secuestrada —respondió Isidora, dejando caer su bolso—. Lucía me atacó. Me llamó espía. Y el único plan de escape viable es un robo corporativo.
Amy caminó hacia la cocina, su rostro ya no mostraba solo preocupación, sino una tensión física. —Robo corporativo. Es el único camino a la libertad, supongo.
—Lo es. Necesito los planos de la fábrica de San Patricio. Están en la oficina principal de Matteo. Yo seré su sombra, y robaré el archivo para Diego. Es el único ca