22:45 hs. — PERSPECTIVA: Damián.
Risas, música, alcohol, griterío y vecinos llamando a la puerta para que nos callásemos. Algún toque de atención de la policía quizás, o tal vez gritos de la calle invitándonos a irnos a tomar por el culo. ¿Fiesta, desnudos, descontrol y mujeres? Bueno, no lo sé. Probablemente eso ya fuera mucho. El caso era que me imaginaba cualquier cosa para esa noche menos lo que estaba resultando.
—¿Y si nos lo llevamos de putas? —escuché de pronto.
—Pues no sé qué decirte... Igual sería lo suyo.
Dos horas y pico llevábamos en el salón de Cristian. Nada más llegar, cogió tres vasos, abrió una botella de whisky y preparó la PlayStation 4 al grito de "esta noche nos lo vamos a pasar en grande".
Pero, claro, el pobre no contaba con que me iba a venir abajo al primer trago.
—No te dejas ayudar, cabrón. Así va a ser muy difícil.
—Ponme otro vaso y déjame en paz.
—Al final vas a conseguir que te quite la tontería a hostias.
Quizás habría sido la solución. Después de tod