11:30 hs. - Salomé.
—¡Aaahhh! ¡Aaahhh! ¡Aaahhh! ¡Así! ¡Así! ¡Dioooooooos!
Un nuevo grito, un nuevo llanto, una nueva declaración de intenciones en forma de alarido. Un nuevo orgasmo matutino con el amor de mi vida. Un nuevo día en mi nueva y perfecta vida que no podía comenzar de mejor manera.
—Me sigo preguntando quién eres tú y qué has hecho con mi Salomé... ¡Responde, fiera!
—Me la comí, pequeño ratoncito... Me la comí y ya no volverá jamás —seguí su juego, mientras me tumbaba a su lado y me recostaba sobre su pecho.
—Vaya... No sé qué decirte, la verdad. Era una buena chica...
—¿Sí? ¿La echas de menos?
—A veces sí... A veces no... Depende del momento.
—Ah, &iqu