ENTRENAMIENTO AL AMANECER – JARDINES DE LA MANSIÓN CARBONE.
Las primeras luces del día se filtraban entre los cipreses que bordeaban los jardines de la mansión. El canto de los pájaros era apenas audible por encima del eco de los golpes. James jadeaba, sudando, los nudillos envueltos en vendas blancas. Delante de él, Derek se mantenía firme, aguantando los golpes con una mirada seria, concentrada.
—¡Gira la cintura, James! ¡Pon el peso en el puño! —ordenó Vittorio, de pie junto al saco de boxeo que colgaba de un pilar reforzado.
James obedeció, lanzando un gancho más limpio esta vez. Derek lo detuvo con el antebrazo y lo corrigió suavemente.
—Bien, pero mantén el mentón abajo. Si lo levantas, te lo pueden romper de un solo golpe.
—¡Como tú a ese idiota en la escuela! —rió James entre respiros.
—Exacto —sonrió Derek, secándose con una toalla.
Vittorio los observó, con una mezcla de orgullo y determinación. Su mirada era la de un hombre que no permitiría que nada ni nadie dañara a sus h